Ingresé al programa Protejo Mi Comunidad en junio del año 2016, a través del Grupo Scout No. 26, por la necesidad de involucrar a mi hijo que tenía entonces 6 años, sabiendo que él también podía experimentar muchas aventuras que le servirían para su vida adulta.
Y de repente, se encendió la llama del Escultismo que creí extinguida en mí, me abrieron el espacio y la oportunidad de desarrollarme como dirigente scout, volví a tener compañeros que se convirtieron en amigos, amigos que se convirtieron en hermanos….pero ahora con una nueva perspectiva….la de servir a la comunidad.
Ha valido la pena cada minuto invertido en la niñez de nuestra comunidad, la sonrisa y el abrazo sincero de nuestros niños, no tienen precio”.