Cuándo dejé de trabajar quería compartir más tiempo con mi hija y deseaba que ella aprendiera cosas diferentes. Pensé en las Chicas Guía y luego una amiga del colegio me habló de los scouts. Un día sábado llegamos al parqueo de Golán y allí estaba el mencionado Cubil, de lo cual no tenía ni idea por qué se llamaba así. Hoy se que es el refugio o madriguera de los cachorros y la manada de lobos scouts y de todo el grupo en general.
Llegamos a observar de qué se trataba y en cuanto los Dirigentes Scouts nos vieron, nos dieron la bienvenida e incluyeron a mi hija en los juegos y la empezaron a motivar. Lo que más me llamó la atención fue el respeto y la seguridad con que ellos nos trataban y así empezó Gaby, mi hija, a quien luego bautizaron con el nombre de Gaviota en la manada. Los regresos a casa nunca fueron los mismos, una descarga de adrenalina a flor de piel y poco a poco fui incorporándome como “Madre sombra”, lo que significa que de manera incógnita, se cuidan a los niños y niñas en cualquier actividad que realicen. De tener una hija, pasé a tener varios hijos a los cuales empiezas a identificar y a proteger, cada uno y sin excepción alguna.
Empecé a dar lo más valioso que puedes regalar: tiempo y cariño; y a recibir ese genuino amor de vuelta de parte de lo niños. Me encontré con la maravillosa experiencia de volver a ser niña otra vez, a brincar y jugar sin importar que eres adulto. Toda una nueva aventura para fortalecer el alma. Me fui involucrando hasta convertirme en Dirigente, otro cambio más en mi vida.
Luego fue pasando el tiempo y las aventuras eran cada día más y más. Dormir en el suelo, hacer una fogata. Al poco tiempo se incorpora también mi esposo y ya éramos tres. Hemos compartido todos como familia, hemos realizado nuevas actividades, hemos vivido la inolvidable experiencia de haber escalado cuatro volcanes, entre ellos el Acatenango y mi hijo mayor ha podido acompañarnos en estas aventuras, porque lo bueno es crecer como familia, hemos servido de voluntarios en el Puesto de Vacunación COVID-19 que se instauró en el Cubil durante la pandemia.
Y por todo eso que ha ocurrido y por todo aquello que vendrá en el futuro, doy infinitas gracias a Dios por la oportunidad, así como por habernos permitido llegar al Grupo Scout No. 26 de Boca del Monte y agradezco también a Protejo Mi Comunidad por brindar sus instalaciones para tener un área segura para nuestros chicos.
Paty Currumaco
“Hathi, el Gran Elefante de la Selva de Seeonee que recuerda la ley y lucha por la paz.”
Dirigente Scout de Manada, Grupo Scout No. 26 de Protejo Mi Comunidad
¡Siempre Mejor!
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